Enferma mental

Enferma mental

Qué és una enferma mental? Yo misma. 


No puedo pasar un día sin tomar mis pastillas, dependo de la capacidad de estos fármacos para sentirme “bien”. O, mejor dicho, para no caer en picado en un pozo oscuro y lleno de lágrimas.

A menudo me pregunto quién realmente soy yo, si la persona antes de las pastillas o esta otra que parece “más normal” siguiendo la rutina de dos pastillas cada mañana y otra por la noche.


Si fuera diabética, probablemente no me plantearía si tomar o no la insulina porque me iría la vida en ello. A mi me va la calidad de mi vida.

Quizá las pastillas estén camuflando una realidad que debería afrontar para mi mayor crecimiento y de esta forma me voy camuflando y escondiendo ante el problema verdadero. El quiz de la cuestión.

 Hace poco transité por un proceso de sanación bastante profundo y puesto que yo me he auto-etiquetado como enferma mental, quería sacar las pastillas de mi vida.

El psiquiatra lo único que me dijo fue: – Tú misma, sigue esta pauta y ven a verme en un mes.

No he vuelto. Volví a sentirme triste, sin ganas de nada, encerrada en una mente casi vacía donde lo único que podía sentir era una enorme soledad. Aguanté casi 3 meses.

Durante este periodo miré de acostumbrarme a la compañía de mi nuevo yo, de utilizar herramientas que he ido adquiriendo para regular mi estado de ánimo, pero no he encontrado la manera de reponerme. Lo único que quería era apagarme y que el tiempo pasara sin mi.

 

Durante ese periodo miré de frente a una de las realidades por las que caminaba, mi trabajo. Hacía tiempo que había confundido mi espiritualidad, humildad y perdón con la falta de límites y estaba viviendo muy mal en el ambiente que se generaba en la oficina. De hecho me sentía enferma y por las mañanas lo único que me hacía caminar hacia el trabajo era pensar que a las tres volvería a casa con mi hija. Siempre hay una gota que colma el vaso y al poco tiempo cambié de trabajo. De no ser por este tiempo sin las pastillas, igual seguiría allí porque seguramente mi capacidad de aguante es mayor con los fármacos.

 

Está claro que cuando tomas decisiones ocurren cosas. Avanzas.

 

He de dar gracias por poder sentirme mejor gracias a estas pastillas. Hay casos que ni con pastillas uno se siente mejor o que ni siquiera encuentran solución alguna.

Siempre está el cuento de los altramuces.

 

Sentir ganas de morirse no es agradable. Causa mucho dolor estar perdida y no comprender el sentido de la vida. De hecho sigo sin saberlo, pero igual que todos en este planeta. Lo que pasa es que esta pregunta se vuelve enormemente relevante cuando además de un anhelo se convierte en el motivo de desaliento de tu día a día.

Si no fuera porque no quieres hacer daño a nadie no dudarías en irte. No sabes para qué estás viva. Qué sentido tiene este sistema social, esta pantalla del video-juego.

 

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