«Cualquier cosa viva es siempre frágil, y cuanta más elevada la calidad de vida, mayor su fragilidad» *
Osho (Día a día)*1
Durante mucho tiempo, la separación entre el «yo» más íntimo y el rol profesional, aunque fuera artificial, era lo único que se entendía como correcto y no respetar esa línea roja era arriesgado. Esto conllevaba, entre otras cosas, a una falta de conciliación enorme así como una conexión interpersonal muy pobre, pues cuanta más humildad y genuinidad, más empatía generamos, pero el estilo de gestión que predominaba en ese tiempo no incluía la idea de “humanizar” los entornos laborales.
Por aquel entonces, ser de «lágrima fácil», emocionarte con algún comentario o sentir de forma más intensa que los demás alguna situación conllevaba a tener alguna etiqueta colgada como «débil» o «inestable emocional».
Durante mucho tiempo, sentí que mostrarme «natural» y con ello “revelar mi vulnerabilidad” me traía más juicios desagradables que paz. Nunca fingí ser quien no era, pero no sabía gestionar esa situación sin dolor.
El dolor provenía de reprimir una parte muy importante de mi misma porque me avergonzaba ser diferente al resto y con características que se consideraban “inadecuadas” para el entorno de trabajo.
No entendía cómo los demás podían gestionar emociones iguales a las mías y yo no. Creía que todos sentíamos igual. ¿Por qué sentía igual que todos ellos y no era capaz de esconder mis emociones? ¿Por qué era tan débil?
«Hay que entender algunas cosas básicas. No existe nada llamado «naturaleza humana». Hay tantas naturalezas humanas como seres humanos, de modo que no hay criterio»
Osho (Libro: Día a Día)*1
Otro hecho perjudicial para mi auto-aceptación fue vincular la «Vulnerabilidad» con «Debilidad». Hoy sé que es una creencia equivocada, pero durante mucho tiempo estos dos términos me parecían sinónimos.
Para poder ir por la vida «sin protección», con las emociones a flor de piel se necesita aprender a tomar perspectiva de esas situaciones que te alteran para mantenerte en tu centro y permanecer en paz. Este aprendizaje; tomar conciencia de esta realidad de una forma más activa y no reactiva requiere de una gran valentía pero el premio es la “paz mental» lo que más valoro en la vida.
El significado de la “proactividad” lo aprendí muy bien en el libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas”*3 (Stephen R. Covey) Releí este libro montones de veces, porque sumaba párrafos y párrafos con lo que yo consideraba formas reveladoras de actuar para ser un mejor yo. Y os aseguro que una vez tomas la “píldora de la proactividad” tu mundo no vuelve a ser el mismo.
Pero volviendo al tema anterior, ser honesta conmigo misma y afrontar todos y cada una de mis cualidades me ha aportado mucha seguridad. El sufrimiento que me generaba no aceptarme iba de la mano de no saber cómo mirar en profundidad en mi interior y descubrirme, un trabajo continuo y que no creo que tenga fin.
Para llevar a cabo ese aprendizaje he tenido que creer en mi maestra interior y mostrar mi vulnerabilidad para generar flujos de comunicación adecuados. Si te escondes nadie te encuentra, y esa apertura, aunque asumiendo el riesgo a sentir dolor, ha generado grandes enlaces con personas de las que he aprendido muchísimo y a las que también yo he podido ayudar. Otros muchos conocimientos han llegado de la lectura de varios libros de desarrollo personal, espiritual, … libros de temáticas relacionadas con la indagación interior que me han ayudado muchísimo a crecer como persona.
Desde hace algún tiempo la aceptación de este tipo de conocimientos está en auge, sobre todo desde que surgió el «coaching» como herramienta de apoyo personal y profesional, pero hace años los llamaban de «autoayuda» y muchos los veían como «psicología barata», «cuenta-cuentos»… y para mucha gente podía resultar un tema controvertido. Esta situación era algo así como cuando escuchabas Camela pero no lo decías (jajaja!)
Uno de los descubrimientos más importantes de mi vida fue leer el libro «El poder de la sensibilidad» de Kathrin Sohst.
Este libro puso luz en mi identidad y consiguió que identificara mi naturaleza con la de una persona PAS, término que hasta entonces desconocía por completo.
«(…) nuestras dudas surgen de compararnos con estructuras y exigencias que no están basadas en valores de la alta sensibilidad.»
Kathrin Sohst. (El poder de la sensibilidad)
Para aceptarse y quererse hay que conocerse y no te puedes conocer si no sabes quién eres.
“Desde siempre percibo cosas que los demás no perciben. Antes pensaba que todas las personas ven y sienten como yo”*2
“(…) En ese instante comprendí también que los demás perciben mucho menos y por eso también preguntan menos.”*2
Kathrin Sohst. (“El poder de la sensibilidad”)
Descubrir que algunos de mis rasgos son genéticos y no corresponden a ninguna irregularidad, darme cuenta de que no todo el mundo siente como yo y disponer del apoyo científico que me define como parte de un colectivo ha contribuido muchísimo a mi autoestima y seguridad. Afianzar mi valor como algo especial y no como algo anormal cambia completamente el sentido de mi visión hacia una auto-definición más positiva.
A veces pienso que me hubiera gustado entender mis fortalezas y capacidades con una edad más temprana, tener al alcance un mentor que me ayudara a entenderme, pero la vida ha sido así y está bien. Ahora las herramientas para iniciar este viaje son más accesibles y espero que la humanidad sigamos progresando a pasos más grandes en nuestro aumento de conciencia y coherencia de vida.
La vida es demasiado corta para desperdiciarla en el sitio equivocado y nada vale más la pena que sentirte bien, saber que tu vida tiene sentido en todos sus ámbitos. Si no te muestras como eres, acabas en el lugar incorrecto.
En Japón tienen una técnica artística con la que reparan la porcelana llamada “Kinsugi”. Esta técnica consiste en unir los fragmentos de una pieza de porcelana pegándolos con una pasta dorada. De esta forma, las marcas de la rotura pasan a formar un objeto todavía más bello.
Como verás que en mis creaciones utilizo mucho el dorado para pintar las marcas y el paso del tiempo de las piezas inspirándome en esta técnica.
Las cicatrices de nuestras historias son parte de nuestro valor más fundamental. Está en tu mano aceptar tu vulnerabilidad para sentirte tremendamente fuerte y llena de valor.
6 Comments
Pablo Rico
02/10/2023 at 08:09Que razon tienes Ana!!! Que empeñado esta el mundo en general y sobre todo el empresarial, en que seamos borregos y vayamos todos a una… nunca me senti una oveja mas del rebaño ni he creido que haya que ser siempre «correcto» segun los canones de la sociedad. Mucho mejor ser autentico, con personalidad, con la opinion forjada por uno mismo no repetir los mantras que otros quiere que repita… se puede ser muy profesional y kurrar de buen rollo, pero hay gente que se empeña en encorsetarnos y privarnos de esa «creatividad»… que les den porkulo a todos los que nos quieran aborregar!! Hay que ser uno mismo, y tu lo has clavado en este post.
Jose
02/10/2023 at 13:25La verdad que aceptarte a ti mismo es un proceso difícil, pero no hay mejor aprendizaje que el de escucharte a ti mismo y aceptarte tal como eres.
Si logras que lo que diga la gente no te afecte y no te afecta a tus valores as conseguido quererte a ti misma y no hay mejor felicidad que expresarlo a cara descubierta.
Yo te admiro tal como eres y no hay duda que escribiendo estas palabras hay personas detrás que te admiran……….
Anna Sansón Pérez
02/10/2023 at 15:08Qué feliz me haces con tus palabras. La admiración es mutua.
Anna Sansón Pérez
02/10/2023 at 15:12Claro que sí Pablo! hay que poner distancia con lo que no nos suma y no se alinea con nuestros valores. Poner límites tampoco es fácil, lo sabemos bien, pero todo se aprende. La creatividad lo puede todo! Gracias por tu tiempo y por tu apoyo. Eres todo corazón!
Aurora
02/14/2023 at 10:55Ayyyy mi niña que ahora te leo con tranquilidad y atención y no puedo verme más representada en tus palabras, porque yo también debo ser PAS. y por eso nos entendemos tanto y sentimos tanto desde el minuto cero que nos conocimos
Eres un rayito de luz y de sol en la vida de todo aquel que te conoce y yo tengo la suerte de tenerte en mi camino. Ser vulnerable es ser especial y es lo que más nos hace ser únicos, pero también lo que más nos puede hacer sufrir. Te mando un abrazote gigante de otra pasiana que te quiere mucho
Anna Sansón Pérez
02/18/2023 at 22:37Aurora, preciosa. Mil gracias por leerme. Tu eres el sol entero! Sentir mucho también es vivir intensamente y las dos sabemos lo que es.