Y dime, crees que tus decisiones provienen del miedo o de la pasión?

A menudo, cuando no he caído en esa rueda de negatividad a la que mis hormonas me desafían de vez en cuando, si he de tomar decisiones me hago esta pregunta.

Estoy actuando desde el amor? O desde otra emoción que no se relacione con ella: rencor, resentimiento, rechazo…?

No me refiero a grandes decisiones, (que también) sino a esas cosas que hago cada día como: llegar de buen humor al trabajo, mantener la paciencia en un atasco, recoger la cocina un día más,… cosas que forman tu día y que son el gran porcentaje de tu vida.

Creo que las generaciones más jóvenes son mucho más conscientes de sus valores que yo hasta a penas la primera década del 2000 y estoy contenta de este cambio. Conocer tus valores te ayuda a mantener la brújula en la dirección de la satisfacción personal  y si mi creencia es cierta, supone una mejora de la sociedad.

Cuando tomas decisiones desde valores como la compasión,  la humildad y, en definitiva cualquier emoción relacionada con el amor, la vida, el día a día cobra sentido percibes un sentimiento de disfrute,  la paz interior te acompaña y no hay espacio para ninguna tormenta en tu cabeza.

Fácil de decir y nada sencillo de hacer, verdad?

Nuestra mente tiene la tendencia a recordar únicamente lo negativo, pues ha sido nuestro método de supervivencia durante mucho tiempo, pero ahora… por qué no evolucionamos hacia un pensamiento más optimista si realmente ya no tenemos que correr delante de ningún animal hambriento?

Para conseguirlo hay que trabajarlo a nivel individual. El cerebro, como habrás leído, también se entrena. Tienes que encontrar el método que a ti te funcione, hay tantos como personas, pero no caigas en el error de ir buscando grandes gurús, ni intentes convencerte de ese positivismo “irreal” que circula entre los posts que ves a diario.

Se trata de tener un recordatorio a mano, algo que te devuelva a ese estado al que quieres llegar. Que te saque del bucle de pensamientos automáticos que genera tu mente y puedas decirte “esto que estoy pensando, no lo he elegido yo!” y actuar en consecuencia. Dirigir tu atención hacia cosas que te sumen energía positiva, ganas de vivir, de reír o que por lo menos aporten belleza y sentido a tu vida. (Puedes encontrar más información sobre este tema buscando temas relacionados con la “Atención plena”)

Te hago una pequeña lista de ideas que pueden ayudarte dirigirte hacia ese estado de harmonía del que te gustaría disfrutar.

Algunas ideas  serán absurdas para ti, otras igual te sorprenderán o te harán soltar una carcajada, pero se trata de que cuando las leas, puedas seguir ideando tu forma de “motivación” hacia la creación de un círculo vicioso positivo que genere tu estado ideal.

Una vez empieces con un pequeño hábito que te aporte luz, empezarás a ver belleza y posibilidades en todas partes. Te darás cuenta del potencial de todas las cosas. Y te aseguro que este cambio de mentalidad vale mucho la pena. Tu interior es algo que no perderás nunca.

Aquí va la lista:

1. Ponte un fondo de pantalla en el móvil con alguna frase tipo “Decido desde el amor”. Así cada vez que lo abras (y son un montón de veces al día) verás la frase e irás activando ese pensamiento.
2. Puedes hacer algo similar poniendo una nota tipo post-it en el espejo del baño, en la nevera… las zonas donde acostumbres a ir más de una vez.
3. Si te gusta escribir, puedes crear una libreta donde apuntes únicamente cosas positivas y releerla a menudo. (Yo tengo mi libreta de la felicidad)
4. Si eres más visual, podrías crear una cuenta en instagram o abrir un tablero de pinterest,… donde únicamente cuelgues o guardes cosas bonitas (frases, reflexiones, unicornios, flores, sonrisas… lo que a ti te transporte a ese estado de ánimo que buscas) Confieso que durante un tiempo tuve una cuenta de instagram donde sólo colgaba unicornios y hasta encontré un “penicornio!”
5. Encuentra a alguien a quien ayudar. Cuando ayudas, te ayudas, te llenas de satisfacción de forma doble y ves tus problemas con una relatividad mayor. Si eres un ochentero recuerda la canción “A tu lado” de “Los Secretos”  que dice… “…ayúdame y te habré ayudado”
6. Si lo tuyo es el oído, hazte una lista de canciones que te suba la vibración. Hay música específica para este cometido, yo a veces me la pongo porla mañana o antes de dormir, pero probablemente la escuches un día puntual, yo me refiero a una lista donde únicamente te sientas “Arribaaaaa!!!!” Esos temazos como “Eye of the Tiger” con los que te dan ganas de bailar.
7. Si lo tuyo es el tacto,… mira, aquí no sé qué decirte… tócate! Jajajaja….

En serio, muchas noches, cuando ya estoy en la cama me cojo mis propias manos (Como dice “Miley Cyrus” en “Flowers”: …”I can hold my own hand”) y he de decirte que al principio me sorprendía de mi propio tacto. Tengo unas manos huesudas y fuertes. Ahora, cuando lo hago, me reconozco y siento que “me tengo a mi”. Y es que nos tocamos muy poco; abrazamos a los demás, besamos, acariciamos,… pero has probado a darte un auto-masaje? Has pasado tu mano por tus brazos, tu pelo…? Te reconoces?

El tacto te devuelve a la tierra, al momento presente, a la realidad más material.

Si se te ocurren más cosas que poder compartir con quien lo necesite, puedes comentarlo en este mismo post. Ya sabes… ayúdame y te habré ayudado!